A veces no sé si me gustan más las fotos preparadas, que las de las madres mientras quitan los flatos y las incomodidades que estos pobres pequeñitos tienen al nacer. Todas son irrepetibles, porque los días pasan y ya nada vuelve a ser igual. Ellos con esa fuerza que les da la naturaleza no paran de crecer y en pocos días ese encanto se va, para convertirse en otro que nos regala otra relación distinta.
Agradezco a María su orden, su paciencia y mostrarse de la forma tan natural en que lo hizo, además también le agradezco poder compartir parte del reportaje con vosotros, seguro que a muchos os gustará aunque no estéis en este momento de la vida como me ha pasado a mí.
También agradezco a Babyregal que nos prestara parte del atrezo utilizado en la sesión.